sábado, 23 de mayo de 2009

En Qué Leer - Abril 2009

Heredero del humor de Tono y Mihura, este autor asegura que inició su trayectoria en el infantil y juvenil "en una tómbola", donde le "tocó un sobre sorpresa. Contenía una docena de palabras. Fue cuestión de juntarlas y hacer un cuento, como Monterroso". Su primer libro fue Diciesiete cuentos y dos pingüinos (2000). El año pasado creó la serie de Marcos Mostaza, de la que ha publicado ya dos títulos. Su proyectos son "a corto plazo, llear a fin de mes. A largo plazo, llegar a fin de año". Y si de entre sus libros tiene que sugerir uno, "no lo dudo: Hasta (casi) cien bichos, en la editorial Anaya".

"Más que hacer reír, lo que me gusta es hacer sonreír", explica Nesquens, que, libro a libro, demuestra sus preferencias por los animales de todo tipo y condición para protagonizar sus historias. Frente a ellos, Marcos Mostaza, una creación con la que, asegura, no busca la identificación con el lector. "No, con un personaje así se busca el protagonista de una serie".

"Entretener, distraer, aliviar un poco el día a día..." son sus intenciones, entre las que jamás se ha encontrado la de incluir moralejas o mensajes. El elemento didáctico "no" es en absoluto importante en su obra. Lejos de los hábitos más comunes entre sus colegas, este escritor admite que el contacto con sus lectores se limita "a las cajas de bombones que me envían" y no duda en afirmar que ve el panorama de la literatura infantil "regular... y el juvenil lo veo regular. Y el adulto, ya de paso aprovecho, lo veo regular".